Reiki es una terapia complementaria, caracterizada por la imposición de manos en el ser humano como un objetivo para restablecer el equilibrio físico, mental y espiritual.
Así, afirman que su "práctica habitual" puede aliviar e incluso curar dolores crónicos como la artritis, reuma o migrañas. También acelerar la recuperación de lesiones óseas y musculares, ayudar el organismo a combatir infecciones o mitigar el estrés y la ansiedad.